Resulta curioso, o mejor dicho chocante, que los criterios para el ejercicio en
la FQ sean tan diferentes en diversos países.
Sabemos, desde siempre, que el ejercicio es fundamental en la FQ. No basta con una buena fisioterapia (o sea sacar moco de los pulmones) sino que es importantísimo que el cuerpo se mueva, vigorosamente, para poder mantener la función respiratoria alta (o subirla, si está baja). Cuando uno tiene una reagudización, en muchos países se hace énfasis en que se redoblen los esfuerzos.
Cuando un fiqui ingresa en el hospital Estados Unidos, por ejemplo, se pauta fisioterapia CUATRO veces al día, y me comentó una amiga que vive en Texas que no solo le instan a usar el gimnasio del hospital sino que le suben una bicicleta estática a la habitación para que se mueva todo lo más posible.
En Suecia, también se utiliza el gimnasio (que es donde se hace la fisioterapia) durante los ingresos. Hace muchos años que me ingresaron aquí la última vez, pero el ejercicio siempre se enfatizó mucho.
En España (al menos en Madrid y Mallorca, que es donde he estado) en un ingreso en el hospital, viene el fisioterapeuta de lunes a sábado, 1 vez al día. Normalmente no viene en los primeros 3-4 días del ingreso porque primero tiene que subir el médico jefe de fisioterapia a visitar al paciente y verificar que es necesario recibir fisioterapia (¡como si un fiqui no lo fuera a necesitar siempre!). Una grandísima diferencia con el resto del mundo es que, por el miedo a los contagios, te someten a "arresto domiciliario" toda la primera semana del ingreso, durante la cual ni siquiera puedes salir de la habitación. Así que en lugar de enfatizar el ejercicio, te condenan a quedarte en la cama (o en la silla). Lo considero terriblemente contraproducente, la verdad. Luego la segunda semana del ingreso te conceden, con un poco de suerte, que llevando mascarilla y guantes puedas caminar por los pasillos. ¡Caminar! ¡Como si eso bastara!!
Siempre que puedo pido hacer el ingreso en casa. Es la única manera que me dejen tener un nivel de actividad física suficiente. Y que pueda comer la comida que necesito. Parece mentira que en un país en otros aspectos tan avanzado, en los ingresos hospitalarios haya que luchar por cosas tan básicas como que te permitan hacer ejercicio, que puedas comer una comida hipercalórica, nutritiva y sana, vamos, que te permitan cuidar de tu salud al menos igual de bien que en casa. No sería de esperar que en el hospital te cuidaran mejor que en casa, para educar al paciente sobre cómo hay que hacer las cosas? Ese día parece muy lejano. Mientras tanto, los fiquis no debemos bajar la guardia, y especialmente en el hospital, debemos mostrarnos proactivos con nuestras rutinas y tratamientos. Y vigilar que el personal sanitario nos dé la medicación correcta (son incontables los casos en los que me la han traído equivocada). Todavía no he encontrado una manera de higienizar los nebulizadores en el hospital, más que trayéndomelo desde casa.
¡Luchemos por mantenernos sanos - y mejor si podemos evitar el ingreso!
Sabemos, desde siempre, que el ejercicio es fundamental en la FQ. No basta con una buena fisioterapia (o sea sacar moco de los pulmones) sino que es importantísimo que el cuerpo se mueva, vigorosamente, para poder mantener la función respiratoria alta (o subirla, si está baja). Cuando uno tiene una reagudización, en muchos países se hace énfasis en que se redoblen los esfuerzos.
Cuando un fiqui ingresa en el hospital Estados Unidos, por ejemplo, se pauta fisioterapia CUATRO veces al día, y me comentó una amiga que vive en Texas que no solo le instan a usar el gimnasio del hospital sino que le suben una bicicleta estática a la habitación para que se mueva todo lo más posible.
En Suecia, también se utiliza el gimnasio (que es donde se hace la fisioterapia) durante los ingresos. Hace muchos años que me ingresaron aquí la última vez, pero el ejercicio siempre se enfatizó mucho.
En España (al menos en Madrid y Mallorca, que es donde he estado) en un ingreso en el hospital, viene el fisioterapeuta de lunes a sábado, 1 vez al día. Normalmente no viene en los primeros 3-4 días del ingreso porque primero tiene que subir el médico jefe de fisioterapia a visitar al paciente y verificar que es necesario recibir fisioterapia (¡como si un fiqui no lo fuera a necesitar siempre!). Una grandísima diferencia con el resto del mundo es que, por el miedo a los contagios, te someten a "arresto domiciliario" toda la primera semana del ingreso, durante la cual ni siquiera puedes salir de la habitación. Así que en lugar de enfatizar el ejercicio, te condenan a quedarte en la cama (o en la silla). Lo considero terriblemente contraproducente, la verdad. Luego la segunda semana del ingreso te conceden, con un poco de suerte, que llevando mascarilla y guantes puedas caminar por los pasillos. ¡Caminar! ¡Como si eso bastara!!
Siempre que puedo pido hacer el ingreso en casa. Es la única manera que me dejen tener un nivel de actividad física suficiente. Y que pueda comer la comida que necesito. Parece mentira que en un país en otros aspectos tan avanzado, en los ingresos hospitalarios haya que luchar por cosas tan básicas como que te permitan hacer ejercicio, que puedas comer una comida hipercalórica, nutritiva y sana, vamos, que te permitan cuidar de tu salud al menos igual de bien que en casa. No sería de esperar que en el hospital te cuidaran mejor que en casa, para educar al paciente sobre cómo hay que hacer las cosas? Ese día parece muy lejano. Mientras tanto, los fiquis no debemos bajar la guardia, y especialmente en el hospital, debemos mostrarnos proactivos con nuestras rutinas y tratamientos. Y vigilar que el personal sanitario nos dé la medicación correcta (son incontables los casos en los que me la han traído equivocada). Todavía no he encontrado una manera de higienizar los nebulizadores en el hospital, más que trayéndomelo desde casa.
¡Luchemos por mantenernos sanos - y mejor si podemos evitar el ingreso!
Solo que en España la fisio para los niños era ponerlos en una camilla y el claping, las vibraciones y acariciar después para relajar los músculos.
ResponderEliminarY en Suecia hacíamos "campeonatos de futbol" padres e hijos en dos equipos, panza abajo en el suelo, soplando pelotitas de papel. O en una inmensa pelota naranja los sentábamos y los hacíamos botar, ó al bañarlos llenar una botella de agua de plástico con un pedazo de tubo de suero y soplar para tratar de salpicar (a más cantidad de agua mayor resistencia). Y los primeros días estaban aislados pero después comíamos todos juntos en un comedor grupal. Y los niños con padres tenían una cama de matrimonio para ellos en su misma habitación, y para los hermanos si tenían. Y no los ingresaban si no se mantenía el núcleo familiar. Estoy muy agradecida a que cuidaran tanto su salud mental.
Cuánta razón tienes!. El ejercicio fundamental. Yo una vez estaba con hemoptisis y le pregunté a mi neumólogo así puedo caminar y fue rotundo: ¡tú tienes que caminar siempre!, no en el momento de la crisis, ni de forma intensa. Yo creo que el cuerpo te va guiando. Además, hasta acostados podemos hacer ejercicios, así que va a ser difícil pararnos jeje.
ResponderEliminarSobre los errores de tratamiento: el promixín nebulizado una vez me lo pusieron por vena, para poner un pequeño ejemplo.
Y lo de higienizar los nebulizadores en el hospital es imposible, te tienes que saltar todas las recomendaciones del fabricante!
En mi hospital incluso se comparte habitación, así que el contagio está asegurado.
A mí me quisieron inyectar heparina cuando había tenido hemoptisis, la colimicina intravenosa me la quisieron nebulizar, me trajeron medicación correspondiente a la habitación de al lado, que me tomara el Kreon a medianoche... Cualquier cosa.
ResponderEliminarPero sí, es imprescindible moverse siempre - la única excepción es propiamente durante un episodio de sangrado (hemoptisis) pero quitando ese propio momento, el ejercicio es fundamental, siempre!