jueves, 11 de julio de 2013

Corticoides, un arma de doble filo

La cortisona es medicamento poderoso. Hace un rápido efecto desinflamador y por eso se suele pautar en las reagudizaciones severas, cuando la capacidad pulmonar ha bajado mucho. Como tal, debemos estarle profundamente agradecidos a este fármaco.


Sin embargo, los médicos saben que la cortisona en sí baja la inmunidad, así que mi neumólogo en Mallorca, el magnífico Dr. Togores, comentó que es importante darlo siempre en conjunto con el ciclo de antibióticos, para compensar. Pero los antibióticos no matan todo, así que si tomamos cortisona, tenemos más riesgo de brotes de virus y otros patógenos (por suerte hay cosas naturales para ello).

Un visible y por tanto conocido efecto secundario es que la cortisona produce un falso “engorde” del paciente. Si estabas muy flaco capaz que te queda bien, pero puede inflar mucho.


Otro efecto secundario tal vez menos conocido es que produce cataratas. A los 13 años, en la crisis que tuve entonces (puedes leer mi historia completa aquí) me dieron dosis masivas de cortisona. En ese momento la prioridad era sacarme del bache, naturalmente. Lo que no imaginamos es que a los 30 años de edad desarrollaría cataratas. Curiosamente sólo llegaron a crecer lo suficiente como para operarlas en el ojo izquierdo - en el derecho tengo un par de pequeñas nubes que no han progresado. Y como era muy miope para empezar, ahora me han dejado con una enorme diferencia de graduación que me obliga a llevar lentillas (no se pueden usar gafas cuando hay más de 4 dioptrías de diferencia entre un ojo y otro, y ahora tengo -2 y -7 respectivamente) cosa que es poco práctica cuando se tiene un cierto grado de sequedad crónica del ojo. Pero eso es otra historia. Ahora tengo excusa para llevar lentillas de colores siempre que quiera. ;)

En Suecia son muy conservadores, dicen que si 10 mg hace ya efecto, para qué dar dosis de 30 mg. pero que hay que usarlo con muchísimo cuidado ya que con frecuencia un efecto secundario es que sube el azúcar en sangre (y la diabetes es ya un riesgo en la FQ así que para qué arriesgarse).


A lo que iba con esta entrada: en mi opinión, la cortisona es una bendición, pero hay que usarla con prudencia y sopesando sus pros y contras. ¡Y desde luego no darla de forma prolongada, a no ser que haya una causa MUY justificada!

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